

Estes desconcertantes artistas, como o James Brown (que me excuso a adjectivar) - parecem agradar a Deus.
São um daqueles pequenos mistérios que nos ajudam a sorrir.
Aquella noche en la que Sabina envolvió en anécdota la cristalina definición de su estilo: "Cuando le dije que siempre la había amado porque cantaba con las tripas, ella respondió que no, que ella cantaba con el coño".".
("Para compensar", os supostamente capazes que passam a vida a produzir idiotices.)
G, el Gitano
Sem comentários:
Enviar um comentário